Wednesday, December 3, 2008

Prima Serata a Buenos Aires

Siempre vuelve a dar
nuevas chances
una vuelta mas entera
Soda Stereo; Album: Dynamo; Canción: Primavera Zero


Ayer me dijo un librero en la Plaza de Italia que Buenos Aires se divide por dos grandes avenidas: Avenida Rivadavia (la más larga del mundo que llega hasta Chile) y Avenida San Pedrito que luego se convertía en Avenida Nazca. También me dijo que la avenida más ancha del mundo era la 9 de Julio. Converse con el por varias horas, su conversación sobre la historia de la Argentina y sus puntos políticos me parecieron interesantes. Uno de estos era declarar a Europa muerta; los Estados Unidos en decadencia; pero como países emergentes: la India, China y Brasil. Similar como Vasconcelos aseguro en su libro ‘La Raza Cósmica’. Su punto de vista sobre Brasil me intereso, Alejandro mantenía que la clase política del paise vecino era la más capaz de Latinoamérica, primero por su habilidad en hacer frente a las adversidades económicas y su progreso; sin embargo como todo país latinoamericano, fallaban rotundamente para remediar el problema social de la pobreza y la discriminación en general. También como todos los argentinos que conocía después de 20 años se quejo de la situación actual de su país pero igual parecía designado, sonreía a pesar del brutal calor que azotaba la capital federal.

El calor atenuaba, me tenía que ir, compre varios libros y prometí a Alejandro volver para seguir platicando y conocer más sobre Buenos Aires. Después de un apretón de manos, me puse en marcha…

Mi primera tarde fue divina pero confieso que encontré el calor primaveral como la antesala del infierno. Buenos Aires de repente me pareció el sitio en donde desinfectan y preparan el cuerpo de un pecador antes de mandarlo a los hornos del infierno. Primero se humecta con el calor húmedo del mar de la plata, una vez sudoroso con las toxinas resbalando por todos lados, la carne viva adquiere una sazón para así cocinarse en las parrillas del infierno, así como un asado. Toda esta observación me llevo a pensar que incluso podría tratarse del destino de la vaca argentina. Un animal que no tenía otra finalidad más que ser comida por el humano. El estomago del hombre argentino, de forma cuadriculada indispensable para almacenar la carne masticada, era prácticamente donde el diablo vivía. Pero más allá de esta dantesca indagación, sentía la humedad buenariense necesaria para poder sentir lo que era todo este lugar, y tener the first class experience que andaba buscando. Si, en efecto el calor y su humedad o la humead y su calor simplemente eran desgastantes, pero me jodia porque en la búsqueda estos eran los gajes del oficio.
¿Querías ser libre y que no te pasara nada? –me pregunte a mí mismo.

Cuando uno es libre es necesario pasar cualquier tipo de estragos, si quisiera tener tranquilidad y comodidad entonces debía primero ser sirviente de la esclavitud y simplemente volver a adquirir aptitud borreguil. No había libertad sino uno no trataba al menos. También para poder ser libre existía un variable: la suerte. Una suerte que no llegaba, y la cual no dependía de la buena voluntad de los mil y un dioses o del orden del universo sino mas bien dependía de uno mismo. Esta última explicación era mi caso; mi suerte no provenía de la benevolencia del cielo ni tampoco me la había dado un hombre o mujer borrego. Yo prácticamente con mi voluntad y mi esfuerzo había terminado por fastidiar a los envidiosos, escépticos y mal intencionados, también tenía superado los fracasos que mi vida; sí alguna vez perdí una batalla pero nunca me rendí… me arrastre, camine de rodillas hasta poderme levantar una vez mas. Después de un tiempo la mala fortuna me abandono, las criticas de los malos amigos y familiares cesaron se olvidaron de mi incluso hasta de sus propias vidas. Creo que la mala fortuna me odia más todavía cuando declare al mundo que aceptaría cualquier tragedia o fracaso como un reto para superarlo y así poder ser más fuerte de lo que era.

Ahora en Buenos Aires, curiosamente, me llegaban los recuerdos del futuro y no hice más que desear que mi buena fortuna pudiera llegarle a algún necesitado, alguien que estuviera en casa en estos momentos sin ninguna opción más que esperar el próximo día para volver hacer las mismas cosas o peor ser la misma persona.

Saturday, November 29, 2008

Un hombre alado extraña la tierra

En sus caras veo el temor
Ya no hay fabulas en la cuidad de la furia
Soda Stereo; Album: Doble Vida; Canción: La Cuidad de la Furia

Llegue a Buenos Aires con cinco horas de retraso, por diferentes razones todas culpa de la aerolínea que elegí para volar –por supuesto. Mi primera experiencia buenosairence después de los controles migratorios y aduaneros fue con el taxista particular que contrate por Internet para que me fuera a recoger (o para que me entiendan algunos para hacerme el ‘transfer’ del aeropuerto al hotel). De toda la multitud de rostros que esperaban por viajeros, él era el único con el rostro eternamente fastidiado, cinco horas esperándome le habían destrozado la amabilidad, cruzado de brazos me recibió con un corto «hola», extendió uno de sus gordos brazos para ayudarme con mi maleta –no porque quisiera ayudarme sino porque le urgía largarse del Ezeiza. Con su barriga corpulenta y mi maleta me aventajo fácilmente, me señalo donde estaba el taxi y lo alcance cuando cerraba la cajuela con mi maleta ya adentro. Una vez en el auto rumbo a la ciudad platicamos de política, los sueldos de los trabajadores, y sobre la ola de calor que azotaba la región, un tema de su preferencia que casi nos llevo a la amistad. Cuando llegamos al hotel estaba más relajado incluso se presento como Luis, me dio la mano, y me deseo una buena estancia.

Una vez instalado en mi cuarto, guarde todo lo importante en el armario, me puse mis Levi’s favoritos, y salte rumbo a la calle armado con mi iPod y mi cámara Polaroid. Bastaron cinco cuadras, un asado y una Quilmes de litro para que Buenos Aires se empezara a desdeñar como el monstruo de cuidad que era. Fue desde la mesa en donde estaba sentado cuando todo dejo de ser fabula y todo se volvió furia. No requería volar para ver la cuidad desde lo alto bastaba con tan solo estar pisando sus calles, percibir sus elementos urbanos y sentirme entre la gente. Pague la cuenta y comencé a caminar embriagado por la Quilmes, por la humedad y por supuesto el momentum de mi primer encuentro con Buenos Aires.

¡Cuidad monstruo, fenómeno, animal libérame! –le comande por medio de un pensamiento psíquico, que tuve la certeza que me entendió.

Tendría tiempo para hacerme viejo y poder mirar atrás para ver los frutos de mi osadía, de mi pecado, de mi insensatez y mi descaro –o como dice una canción por mi apuesta por el rock and roll. Encontrase o no al gato calculista sabía muy dentro de mí que el destino ya no podía dejarme plantado y solo tenía que dar un paso para hacer lo más insólito o mejor dicho lo que antes me había dado miedo.

Había llegado pero más importante me seguía visualizando dentro mi sueño stereo.

Thursday, November 27, 2008

La Planta de mi Sueño Stereo

Sabe a savia por mi cuerpo. Como oro de Acapulco voy preparándome
No sé qué me pasa…. Ya no puedo volver...

Soda Stereo; Album Sueño Stereo; Cancion: Planta.


Me resisto a empujarme a otro juego de azar. Me rehusó a adquirir piel de borrego, dejarme manipular por la tranquilidad de la masa, volver a ser quien fui. Sé quién soy y conozco el lugar a donde voy. Sí lo admito soy y seré un simple humano, un ciudadano mas que consume, otro capitalista mas, en pocas palabras, un hijo de la chingada (o para que me entiendan algunos) un forro de mierda. Pero esta noche comienzo a despojarme de mis preocupaciones. Me conozco bien y sé que mañana nada me importara, ¿qué puede angustiarme a 33 mil pies de altura volando hacia el sur del ecuador? Esta noche previa a mi viaje vuelvo a descubrir el silencio. Los viejos recuerdos desaparecieron al filo del medio día, y a penas atardeció mi cabeza se comenzó a llenarse de posibilidades. Fue fácil poder imaginarme como alguien inaudito e insólito, impredecible y emocionante, oportunista y exclusivo. Con la última noche llego el poema del vuelo, el aliento del viaje, el ruido de las turbinas, la ingravidez del ser y las promesas del futuro. Es fácil poder dejar atrás los malos momentos, los achaques del cuerpo, los problemas económicos, las preocupaciones, los miedos, los horrores, las ansias… Hoy día los preparativos para llegar al aeropuerto sin haber olvidado nada, mañana mi viaje a Buenos Aires y pasado mañana una situación nueva. No me importa las mas 18 horas de vuelo ni tampoco los posibles retrasos, o la incomodidad del viaje, el mal humor de las flight attendants; lo único que me importa es poder sentirme en Buenos Aires.

Regreso a Buenos Aires a pesar de nunca haber estado allá. En realidad creo siempre haber estado ligado a Buenos Aires por medio de las canciones de Soda Stereo, Miguel Mateos y otros rockeros de los 80’s, y luego después por mis lecturas de Borges, Cortázar, Casares. Me atrevo a pensar incluso que Buenos Aires puede tener una idea de quién soy yo, o al menos imaginarme. ¿Y porque no?

En realidad, Buenos Aires y tanto el país Argentina nunca me llamo la atención. Geográficamente la capital argentina siempre me pareció distante, inaccesible todavía más desde del sur California. El único contacto que tenia con la cuidad era gracias al rock ochentero, mi fascinación por la literatura argentina en los últimos seis años, y por supuesto por el fútbol –y con esto me daba por servido. Sin embargo tantos viajes a Europa y recientemente al norte de África me habían creado una necesidad de viajar a diferentes partes del mundo empezando por el continente americano. El enfoque de mis viajes siempre ha sido callejear, tener la primicia de caminar entre gente común y corriente de usar el transporte público y sentirse parte de la urbe. Claro que últimamente mis viajes tenían el sentido de la búsqueda, una decisión que tome cuando viajaba en tren por Marruecos y de la cual estaba satisfecho.

Viajaba a Buenos Aires para buscar el gato calculista pero también para revalidar mis orígenes, digamos que mi ontology –todo aquello que constituía mi existencia, mi modo de ser, o mi Being in general. Buenos Aires era la cuna de los rockeros que escuche cuando era joven y de los escritores que había leído recientemente, así mi viaje era un retorno a un sitio donde siempre estuve ligado, la cuidad donde estaba las raíces de mi planta o en otras palabras parte de mi sueño. Me hacía ilusión poder ir y sentir el ámbito de la cuidad, persuadir mi espíritu y encontrar líneas de creatividad. Me atrevía a pensar incluso que Buenos Aires anhelaba mi visita después de todo era el mejor de sus pupilos, regresaba a los barrios de la cuidad para revivir muchas de las canciones y para poner en práctica todo lo que había aprendido en los últimos seis años. Tenía los meritos para insinuarme como el mejor de los pupilos del rock argentino. Claro no del todo el rock pero si de lo más trascendental; el rock ochentero que llego a mis oídos cuando era un chico de apenas 11 años. Incursione en muchos grupos y cantantes de rock; para ser verdad me gustaron todos aunque ya de viejo me quede con lo mas esencial: Soda Stereo y claro después Cerati. Nunca fui o seré el fan numero uno de Soda Stereo, pero si soy uno de los pocos que todavía siente las canciones como la primera vez que las escuche. A demás presumo de ser el único de mis amigos que había sobrevivido el holocausto de la vida rutinaria; mis amigos se habían conformado con la colección de discos, poder ir a conciertos y poder cantar las canciones junto con otros. Yo por mi parte creía que el verdadero propósito del rock argentino, en este caso Soda Stereo, Miguel Mateos, Fito Páez, es inquietar, estimular y persuadir. Este último comentario por supuesto es muy personal, pero que validaba día tras día, viaje tras viaje, metamorfosis tras metamorfosis con mis actos, mi always evolving persona, y mis ganas de salir a enfrentar el mundo como el cualquier chico de la calle sin obligaciones. Ahora con mis tantos años encima continuaba inyectándole a mi espíritu las mismas canciones. Ya no tenía la misma inocencia por supuesto, pero al menos tenía la certeza de lograba tener una dualidad que me permitía ser un hombre normal y corriente y un individuo multifacético dispuesto a estar en búsqueda continua.

Toda esta meditación me hace creer que Buenos Aires me espera. Si finalmente regreso, y con este retorno no pretendo resolver mi vida, este enigma ha sido resuelto hace tiempo, sino al contrario iba a Buenos Aire con el fin de revalidarme con todo aquello que escuché y leí.

La oportunidad después del desamor

El amor después del amor, tal vez, se parezca a este rayo de sol
Fito Páez. Álbum: El amor después del amor (1992). Canción: El amor después del amor


En los últimos días he podido hacer cosas insólitas; acometidos que pensaba no podría lograr, en otras palabras, miedos que pensé que nunca podría superar. Por primera vez en mucho tiempo creo tener un corazón avalentado listo para soportar emociones, una mente ágil para enfocarse en cualquier posibilidad, y una lengua afilada para convencerme aún más de hacer y deshacer cuanta oportunidad tuviera en frente. Podía querer, pensar y decir todo lo que quisiera aunque lo más rescatable de estos últimos días era poder sentir que mi vida por fin podía tener un momentum. Por esta misma razón decidí poner me a prueba, cometer una contrariedad, una acción que me llevara a: auto sabotearme. Elabore por varios minutos y me decidí por la prueba máxima, contactar a la que ‘supuestamente seguía siendo mi novia’ con el fin de inquietarme el corazón, acobardarme la mente, y tartamudear frases de amor fatal para así abandonar mis planes de viajero errático y volver a dedicarme a la adoración pendeja de una mujer que en los últimos meses me había acostumbrado al desamor. Y vaya que un hombre cuando experimente el desamor puede llegar hacer tan pendejo o para que me entiendan algunos, tan boludo para cometer una serie de idioteces con efecto domino. Decidido agarré el teléfono le marqué y esperé… El timbre sonó tres veces y estas tres alertas fueron suficientes para darme cuenta que cometía un suicidio. Me faltarían palabras para describir lo que paso por mi mente durante los tres anuncios de muerte, pero puedo asegurar que dentro de mi deseaba desafiar mis sentimientos.¿Podría el amor tocar de nuevo a mi puerta? ¿Qué acaso quería tenerla de vuelta en mi vida para que a punto de chantajes y manipulaciones me hiciera postergar mi viaje? –Si fue por ella que pospuse en más de tres ocasiones mi viaje a Buenos Aires y no sé qué más. Por eso en cuanto desapareció de mi vida, lo primero que hice fue rearmar mis proyectos de vida, comprar billetes de avión, ¡y ya está a volar se ha dicho! Me pareció increíble que le estuviera llamando a esta mujer…–This is fucking great –me dije arrepentido, pero fue tarde porque justo cuando decidí colgar el teléfono ya había contestado.Al menos se alegro en escucharme, me pregunto como estaba, y todas las preguntas que estaba acostumbrado a contestarle cuando hablábamos dos veces al día; le conté todo lo grandioso que me había sucedido después de su distanciamiento; ella por su parte se quejo de tanto trabajo y se quejo del frío –y no era para más si se había empecinado en sacar un doctorado en no sé donde en Rusia. Me emociono haberla escuchado tan contenta; desafortunadamente, como sucede en estés casos se cayó la llamada, me abstuve de marcar de vuelta y decidí dejar pasar varios días para volverla a contactar, le volví a llamar pero no me contesto porque una maquina me dijo que «the number you have reached has been disconnected».Medite por el espacio de tres horas lo que había sucedido. No sentía arrepentimiento de haberla contactado o de haber tenido una tentativa de auto-sabotaje tampoco sentía indignación porque no quisiera hablarme a tal grado que había desconectado su número de teléfono. A estas alturas ya estaba acostumbrado a su desamor; tenía ya ocho meses viviendo de su memoria y su ausencia. Aunque en esta ocasión su desamor parecía despejar una parte del cielo, supuse que era una señal algún presagio que pudiera indicarme el fin de algo y el comienzo de una nueva línea de oportunidades.Durante el transcurso del día llegue a la conclusión que la llamada telefónica a la ‘que supuestamente había sido mi novia’ simplemente había una sido un desafío para vencer el miedo a su desamor. Podía irme tranquilo a Buenos Aires. Después de todo sino quería hablarme ya era su problema y no el mío. Mi vida versus su vida… No había punto de comparación nuestras vidas eran tan diferentes seguían caminos tan diversos que se podría asegurar que iban en sentidos opuestos. Me atreví a creer que lo tenía todo y el hecho que no la tuviera más a mi lado no significaba que estuviera todo perdido –al contrario se me notaba a leguas las ganancias. El algebra nunca fueron de mi agrado pero mi situación actual me llevaba a formular el número infinito de oportunidades que tenía enfrente de mi versus el variante de ella multiplicado por su desamor, el cual, me daban el siguiente resultado: I’m fucking free.

Tuesday, November 25, 2008

Envenenando mi iPod con música de Fito Páez

Abre el mundo ante tus pies; abre todo sin querer…
Fito Paez; Album: Abre (1999); Canción: Abre

Cuando escucho a Fito Páez me siento frustrado, perdido, y sin realmente mejor opción que hacerme borracho, drogadicto, y aceptar el desamor. Pero también curiosamente las canciones de Fito Páez, por muy venenosas que sean, me terminan ofreciendo una esperanza, una “supuesta” oportunidad que vendrá tarde o temprano—quizá después de haberme hinchado el hígado de alcohol, asfixiado mis pulmones con humo de cigarro, y casi haberme suicidado por desamor. Cuando era adolescente jamás me llamo la atención la música de Fito Páez. Quizá porque a mis 15 años me faltaba experiencia para entender la intensidad del problema existencial del ser humano. Creo que si nunca hubiera leído a Cortázar jamás me hubiera interesado las canciones de Fito Páez. Los dos artistas tenían una semejanza en sus espíritus, en sus miradas se reflejaba la misma inquietud y por consiguiente la misma destinación: La búsqueda. Quizá Fito Páez fue influenciado por Cortázar cosa que no me sorprendería ya que la mayoría de los rockeros argentinos (al menos los que he escuchado) han tenido algún roce con la literatura de su país. En realidad nunca he tenido el tiempo necesario en averiguar realmente la conjetura entre la música de Fito Páez con las letras de Cortázar quizá porque he estado ocupado en otras cosas. Y aunque hubiera querido saber más sobre las influencias musicales y artísticas de Fito Páez me hubiera sido imposible por dos razones: primero porque la vida privada de un cantautor no es tan conocida como la de un escritor, y segundo porque Argentina siempre estuvo tan lejos de mí.

Como mencione anteriormente la discografía de Fito Páez es extensa que quizá el número de sus canciones rebaza las mil. Con el tiempo he podido aprenderme la letra de sus canciones más populares, pero mi deseo de aprenderme las demás canciones ha quedado en tentativa solamente, y es que necesito tener mente fría y estar sobrio para poder sobrellevarlas y no terminar deprimido. Aun así trato de escuchar a Fito Páez cada que puedo más ahora que voy a Buenos Aires. Recuerdo el día que nació mi interés por saber quién era el señor Fito Páez. Era una mañana nublosa típica de invierno, me sentía subyugado por la rutina del trabajo, y quería dejarlo todo. No sé si fue la divina Providencia la que me llevo a cometer mi error de seleccionar la canción equivocada en mi iTunes. Cuando me di cuenta me encontré escuchando la canción ‘A Lado del Camino’. Quedé atrapado por la melodía, volví escuchar la canción, busque la letra para estudiarla, y busque el video en YouTube para analizarlo detenidamente. Fue entonces que comprendí que Fito Páez y yo teníamos el mismo problema, buscábamos algo, claro que nuestras búsquedas habían sucedido por separado en diferente épocas, la de él (me imagino) que en los ochentas y la mía en pleno siglo veintiuno. Decidido a saberlo todo sobre Fito Páez comencé revisar sus archivos en Wikipedia y en las páginas de sus más fieles admiradores descubrí que su discografía era más extensa de lo que me imaginaba había por ejemplo videos bootlegs y cd’s con canciones inéditas. No sé si en aquel entonces pecaba de frustrado o me faltaba ambición, pero comencé a notar un cambio de actitud en mi forma de ver el mundo que poco a poco fue abriéndome el mundo ante mis pies y poco tiempo después por la fuerza del momentum comencé yo mismo a reabrir todos mis anhelos, sueños y fantasías –tanto así que ahora no podía cerrar el cielo que tenia bajo los pies.

Tirando para arriba y métodos para mantenerse a flote en los mares del angst heidergeriano

Y que venga lo que venga para bien o mal
Miguel Mateos - Album: Tengo que parar; Canción: Tengo que parar - Circa 1984


A la mañana siguiente abrí el mapa de Buenos Aires con la intención de identificar los barrios, aprenderme las calles, y al menos comenzar a familiarizarme con el tipo de comida que comían los argentinos. En particular buscaba el barrio en donde estaba mi hostal. De entrada sabia que se estaba situado en un tal barrio de Palermo, me acordaba del nombre porque era el apellido del ‘9’ del Boca Juniors. Ojee mi guía turística, deteniéndome en cada foto, viendo de un lado a otro el mapa de la cuidad. Por más que intente no pude encontrar el barrio de Palermo, algo extraño me sucedía pero no sabia con exactitud qué. Me levante desesperado y sin pensarlo dos veces me puse el sweater (o el pullover para que me comprendan algunos) y me fui a caminar. Eran las siete de la mañana y ya andaba ahogado en un mar de preocupaciones. Llegue a casa revise mi email y al encontrar mi inbox vacío entendí entonces que sufría una crisis, una de esas crisis que me dan cada vez en cuando, y que me tienen que dar para poder soy yo.

Me limitare en confiarles que estas crisis son breves porque algunas duran un par de horas y otras solo minutos, son momentos de preocupaciones pendejas en donde pierdo el control de todo y siento que todo a mí alrededor es incierto. Mis erráticos pensamientos me confunden y me generan una insatisfacción general de todo lo que soy yo. Es como si de repente all of the sudden everything would suck. Como ya era un viejo lobo para navegar estas tempestades existenciales, las preocupaciones ya no me descarrilaban de mi trayectoria o me causaban crisis de identidad –sabía a donde iba y quien era. Al contrario con el tiempo había aprendido a sacarle provecho a estos angustiosos momentos, y hoy en día estaba tan acostumbrado a estar en crisis que cuando no la tenía acechándome yo mismo me la provocaba. No había como salir vivo y con resoluciones de estos angustiosos momentos, en sí era como un acto de liberación del ser que tenía que realizar una y otra vez. Estos momentos difíciles, porque eran obviamente angustiosos momentos, los tenía en mi lista de patologías existencialistas como: Mi angst heiddergeriano.

Durante esta angustia era común encontrarme ninguneando, haciendo el ridículo en frente de todos, y diciendo una de series de estupideces que terminaban hiriéndole el ego a todo con quien tuviera contacto conmigo. Era preferible durante mi angst heiddergeriano permanecer en casa y no tener contacto con nadie.Pasaron horas y mi problema existencial llego a su fin. De repente mire a mi alrededor y me volví a sentir vivo y con propósito. Era cierto viajaba muy pronto a Buenos Aires, debía comenzar a prepararlo todo, maleta, computadoras, música, libros y mi cámara polaroid. Tan trastornado había estado que olvide por completo los penosos incidentes de la noche anterior con la quién hubiera sido mi acompañante de viaje. Me quedaba la satisfacción que había aceptado el momento tal y como era para bien o mal, y ahora una vez despreocupado solo quedaban los preparativos unos cuantos días que esperar, y a volar.

Porque no puedo ser tu Jet-Set

Tengo mi agenda perfumada.
Todas mis noches programadasVoy a esos clubes reprivados.
Y me alquile un convertible colorado…
Soda Stereo; Album: Nada Personal; Cancion: Porque No Puedo Ser tu Jet-Set


Diez días antes de partir a Buenos Aires me dedique a la búsqueda de una acompañante. De entrada a la afortunada le ofrecía gastos pagados y garantías ilimitadas. Pedía solamente que mi acompañante fuera mujer. Esta susodicha mujer, no debía ser la mujer maravilla ni Diana la cazadora, pero si una mujer intrépida, capaz, valiente y por supuesto ligera que pudiera dejarlo todo con el fin de poder viajar para poder sentir lo que nunca antes había sentido. Sabia de ante mano el riesgo que corría, tan orgulloso me había vuelto en los últimos años que dude por un momento de mi osadía. Hubiese sido demasiado pedirle a esta mujer pudiera seguir mi paso o que tuviera la misma pisada, por eso descartaría mis pretensiones. Saque mi móvil y comencé a revisar los nombres de mis amigas más cercanas que no son muchas pero que al menos son cinco. Al terminar de ver los cinco nombres termine desanimado. Y es que mis amigas con teléfono móvil o tienen un problema existencial con un hombre o están amargadas y por consiguiente pueden llegar a ser intratables. Descarte a la mayoría por las razones ya mencionadas, en realidad deseaba viajar con una mujer que no estuviera en vuelta en dramas. Mi acompañante debía valerle madre la vida o como dicen en argentina que _________ la vida.

Entonces me di a la tarea en pensar en quién pasarle la propuesta de viaje. Fue cuando entendí que andaba detrás de otro imposible. ¡Toda una tradición mía! Caí en cuenta que la mayoría de mis amigas además de tener sus respectivas vidas sin resolver también eran muy normales. ¿Me explico? Por ejemplo, unas no podían dejar la escuela o el trabajo, otras no podían dejar a sus hijos abandonados. Y no hare mención en las que no considere por obvias razones. ¿Quién chingados se podría prestar a tan semejante viaje? Pregunta que me vi obligado a preguntarme a la argentina ¿Quién putas se podría prestar a tan semejante viaje?

Después de dos horas de deliberaciones seleccione a mi amiga K… quien me pareció la indicada para acompañarme. No sé si fue el vino o mi resolución lo que me llevo a considerar inclusive que mi queridísima amiga K… pudiera tratarse de la mujer ideal, aquella infame mujer que siempre había buscado y que con suerte a veces había encontrado para después perderla –como siempre ocurre con lo que encuentro. Los datos de la seleccionada, la suertuda, la mujer del millón de pesos (no sé si argentinos o mexicanos) se trataba de una chica de 26 años que conocía desde hace unos meses y quien siempre estaba dispuesta hacer junto conmigo un sin número de actividades.Claro que cabe mencionar que todos estos planes por lo general habían quedado solo en planes porque K… siempre terminaba hablándome en el último minuto para cancelarlo todo. A pesar de todo le profesaba una estima y un cariño, la procuraba siempre, y en los últimas semanas la había encontrado un poco más bella que antes. Fiel a mi costumbre alenté la idea y pronto me imagine junto a ella en Buenos Aires, y claro porque no, eventualmente en México City. Como en esos días tenía una fe pendeja --o para que me entiendan algunos tenía una fe de boludo –tuve la certeza de que aceptaría mi invitación. No podría rehusarse –pensé pecando de ingenuidad. Así un martes por la tarde la cite en un café y le cante la invitación. Aquella tarde la encontré radiante, su pelo suelto alegraba su sonrisa, su dulce mirada me termino por convencer que era ella… y mi invitación para viajar termino en declaración de amor.

Quizá estaba ebrio por el vino tinto y la buena racha de tantos viajes… Pecaba de exaltado, encontraba todo bello, volvía a ser optimista. No lo sé. Al final no acepto mi invitación y menos mis propuesta de amor. Su negativa no me sorprendió tanto, de alguna manera u otra era de esperarse si nunca me había pasado por la mente relacionarme con una de mis amigas, menos con ella. Quizá mi vida se había vuelto un éctasis o en una necesidad estar viviendo algo emocionante todo el tiempo. ¡Qué monótona podía ser la vida! Mi gran error no fue haberle desdeñado mi plan para amarla sino el haber utilizado el poema para ofrecerle todo, promesas que no estaba seguro de poder cumplir.Lo rescatable de todo este penoso incidente fue poder haberme escuchado hablar en formas platónicas, el uso del poema para desdeñar posibilidades, intenciones, oportunidades, y todo tipo de teoremas de la libertad satreana. Como ya mencione mi amiga no acepto, así la única seleccionada para acompañarme en mis viajes se había eliminado ella misma. De nada sirvió hablarle de la posibilidad de luchar juntos contra el tiempo y el orden de la rutina. No recuerdo haber tenido la lengua tan hábil, hacia uso de frases greco-romanas, suplicaba en italiano e interponía su negativa con mi francés. Volvió a decir que “no” y de esto no la pude bajar. Me sentí ordinario e inútil, digamos fatal, a sabiendas que había fracasado. Y es que las confesiones amorosas nunca se me habían dado. Tenía una mala estadística eso era todo. Cuanta mujer no se había insinuado o había buscado mis labios para estar conmigo. Ahora toda esta invitación o declaración de amor parecía mas un acto de desesperación para conseguir a la mujer intrépida, capaz, valiente y por supuesto ligera que pudiera dejarlo todo con el fin de poder viajar para poder sentir lo que nunca antes había sentido.

Pague la cuenta y salimos juntos, K… se despidió con un abrazo que duro demasiado, me sentía un canalla pero muy dentro de mi supuse que había logrado ser más libre.