Tuesday, November 25, 2008

Envenenando mi iPod con música de Fito Páez

Abre el mundo ante tus pies; abre todo sin querer…
Fito Paez; Album: Abre (1999); Canción: Abre

Cuando escucho a Fito Páez me siento frustrado, perdido, y sin realmente mejor opción que hacerme borracho, drogadicto, y aceptar el desamor. Pero también curiosamente las canciones de Fito Páez, por muy venenosas que sean, me terminan ofreciendo una esperanza, una “supuesta” oportunidad que vendrá tarde o temprano—quizá después de haberme hinchado el hígado de alcohol, asfixiado mis pulmones con humo de cigarro, y casi haberme suicidado por desamor. Cuando era adolescente jamás me llamo la atención la música de Fito Páez. Quizá porque a mis 15 años me faltaba experiencia para entender la intensidad del problema existencial del ser humano. Creo que si nunca hubiera leído a Cortázar jamás me hubiera interesado las canciones de Fito Páez. Los dos artistas tenían una semejanza en sus espíritus, en sus miradas se reflejaba la misma inquietud y por consiguiente la misma destinación: La búsqueda. Quizá Fito Páez fue influenciado por Cortázar cosa que no me sorprendería ya que la mayoría de los rockeros argentinos (al menos los que he escuchado) han tenido algún roce con la literatura de su país. En realidad nunca he tenido el tiempo necesario en averiguar realmente la conjetura entre la música de Fito Páez con las letras de Cortázar quizá porque he estado ocupado en otras cosas. Y aunque hubiera querido saber más sobre las influencias musicales y artísticas de Fito Páez me hubiera sido imposible por dos razones: primero porque la vida privada de un cantautor no es tan conocida como la de un escritor, y segundo porque Argentina siempre estuvo tan lejos de mí.

Como mencione anteriormente la discografía de Fito Páez es extensa que quizá el número de sus canciones rebaza las mil. Con el tiempo he podido aprenderme la letra de sus canciones más populares, pero mi deseo de aprenderme las demás canciones ha quedado en tentativa solamente, y es que necesito tener mente fría y estar sobrio para poder sobrellevarlas y no terminar deprimido. Aun así trato de escuchar a Fito Páez cada que puedo más ahora que voy a Buenos Aires. Recuerdo el día que nació mi interés por saber quién era el señor Fito Páez. Era una mañana nublosa típica de invierno, me sentía subyugado por la rutina del trabajo, y quería dejarlo todo. No sé si fue la divina Providencia la que me llevo a cometer mi error de seleccionar la canción equivocada en mi iTunes. Cuando me di cuenta me encontré escuchando la canción ‘A Lado del Camino’. Quedé atrapado por la melodía, volví escuchar la canción, busque la letra para estudiarla, y busque el video en YouTube para analizarlo detenidamente. Fue entonces que comprendí que Fito Páez y yo teníamos el mismo problema, buscábamos algo, claro que nuestras búsquedas habían sucedido por separado en diferente épocas, la de él (me imagino) que en los ochentas y la mía en pleno siglo veintiuno. Decidido a saberlo todo sobre Fito Páez comencé revisar sus archivos en Wikipedia y en las páginas de sus más fieles admiradores descubrí que su discografía era más extensa de lo que me imaginaba había por ejemplo videos bootlegs y cd’s con canciones inéditas. No sé si en aquel entonces pecaba de frustrado o me faltaba ambición, pero comencé a notar un cambio de actitud en mi forma de ver el mundo que poco a poco fue abriéndome el mundo ante mis pies y poco tiempo después por la fuerza del momentum comencé yo mismo a reabrir todos mis anhelos, sueños y fantasías –tanto así que ahora no podía cerrar el cielo que tenia bajo los pies.

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